
Y por fin, después de 15 días malos, pisé la playa. Ya era hora de que sintiera los granos de arena entres mi dedos de los pies. Me encanta cuando hay oleaje, para poder tirarme contra las olas, saltarlas, bucear cuando venga una, esa sensación me vuelve loca. También me gusta cuando no hay oleaje porque una puede quedarse tranquila, sin mover ningún músculo del cuerpo, haciendo el muerto, y escuchando las pocas olas, eso me relaja bastante, y me gusta, porque me hace pensar en mis cosas, hace que me vaya a mi mundo, como cuando uno se empana ajá, pero mas relajado. También me encanta bucear, ver los bancos de peces, ver las dunas de arena.. (L)
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