lunes, 7 de julio de 2014

Sin título

Creo que jamás puedes hacerte a la idea del daño que te puede llegar a hacer una persona. Con el paso del tiempo y de los años, te vas dando cuenta de como son y fueron los que te han ido acompañando en tu camino, y te paras a pensar la de veces que te has llegado a equivocar con ciertas personas. A día de hoy, más que nunca, tengo muy en mente la frase de que 'no todo lo que reluce es oro'. Hoy en día, puedes esperarte cualquier cosa de cualquier persona, ya que son muy pocos los que se muestran como son de verdad desde un principio. Muchas veces, somos nosotros los culpables por dejarnos llevar demasiado y confiar en quien menos lo merecía. Tengo muy claro que no me arrepiento de mis decisiones pasadas, pero también tengo claro que sí pudiera retroceder en el tiempo escogería una opción diferente. Lo peor de todo esto es la decepción que conlleva, la cual no se la recomiendo a nadie. Creo que es uno de los peores sentimientos que hay, porque es algo que te acecha constantemente y cuesta superar. Esa decepción siempre irá acompañada de la pregunta ¿por qué? Que te perseguirá hasta llegar a afixiarte de un modo metafórico. Ante esa situación la única respuesta es olvido, difícil de alcanzar, pero no imposible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario